sábado

estas noches


estas noches acabo deprimiéndome muchísimo. busco cualquier excusa: el chico de blanco que nunca se fijaría en mí, quedarme sin tabaco, mis amigos que van a sentarse un rato, una llamada sms/en vano, un recuerdo de mierda, pensar en la que me espera mañana, pensar en lo que me esperaba hoy, mi cuerpo en el espejo del ascensor...

son noches a medias, truncadas, en las que el zumbido en los oídos es tan real y tan consciente que no basta con cerrar los ojos para dormir.

cosas extraordinarias suceden estas noches, mientras duermo. a veces me despiertan, otras no. y cuando no me despiertan pienso que no ha sucedido nada.
pero la estadística y la lógica me dan la razón.

martes

blanco. 7€ aprox. (2as rebajas)


he tirado las sandalias que llevaba
la noche que te conocí
son feas, están pasadas de moda
ya nadie lleva zapatos así
y no ha pasado ni un año...

bueno, aún no las he tirado
pero las voy a tirar


una mañana me levanté temprano, me duché, me vestí y me puse colorete. y justo antes de salir por la puerta, me eché un último vistazo en el espejo. tenía los labios completamente blancos. estaba muerta.
así comenzó mi vida como no-viva. el día transcurrió sin más altibajos. no noté ninguna mirada extraña en el metro, y en el trabajo me trataron igual que siempre. no tenía mucho que hacer y estuve todo el rato escuchando música por internet y deambulando por diversas redes sociales. de vez en cuando me acordaba de que estaba muerta, y me daba un vuelco el corazón, a pesar de que ya no me latía.
no encontraba una explicación a por qué, de repente, pasé de estar viva a estar muerta, pero en cualquier caso, no parecía muy complicado acostumbrarse a ese nuevo estado. con suerte, no tendría que decírselo a nadie.
salí pronto de la oficina y al llegar a casa no hice nada de lo que me había propuesto: ir al gimnasio, hacer la compra, poner una lavadora, pintarme las uñas de los pies...
en lugar de eso, me quedé descansando. me tumbé en el sofá haciendo tiempo hasta que empezara mi serie preferida.
y hasta que no terminó, y me fui a la cama, no volví a recordar que estaba muerta.

sábado

ansiedad?


la ciudad es tan asfixiante
que no consigo oír mis propios pasos
en una calle desierta
entrada la madrugada

un día podría disfrazarme
ponerme uno de esos vestidos de flecos
que venden en el bershka
revival de charlestón
y alisarme el pelo
o uno de esos shorts
con medias
sin medias
le preguntaré a mi amiga
que sabe más de esto

no puedo respirar
toda esta presión
la ejerce realmente alguien
o me la imagino yo?

apoyo la frente contra el cristal
del ascensor
y dejo una marca
de vaho y otra de sudor
que se evaporarán

he olvidado dejar encendida mi lámpara
empiezo a escribir esto por el final
una goma del pelo ya
la taza del desayuno por fregar